Al despertar lo primero que hicieron Princesa y Royer fue dirijirse a la playa. Ambos corrieron hacia el mar, comenzando rápidamente a nadar, para sorpresa de ellos apareció Rayen, el delfín, y se puso a hacer piruetas alrededor de ellos. Estuvieron casi hasta mediodía sin parar de nadar. Después salieron del mar y se secaron al sol.
Mas tarde fueron al supermercado a comprar castañas, ya que no les quedaba prácticamente ni una, por la venta del día sábado.
Cuando llego la noche, después de trabajar, se fueron ambos a pasear al paseo marítimo, uniéndose a un grupo de perros que celebraban el cumpleaños número diecisiete del abuelo del grupo, al pobre perro ya se le notaban los años, mientras todos bailaban al son de los tambores, el junto a su señora perra, aplaudian tumbados en suelo. Mientras tanto Princesa, se acerco a la abuela, contándole que era ella de las colinas de andalucia y todas las aventuras vividas en la ciudad, la abuela le dijo a Princesita que en un futuro no muy lejano volviera a su reino, a lo cual Princesa asintió con la cabeza.
Ya era muy tarde, casi de noche, Royer se acerco a Princesita, le dijo que mirara la luna, y en ese momento ambos miraron al cielo, pasando cuatro estrellas fugaces alumbrando sus caras que en ese instante sonreían fascinados.
Interesante!
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